lunes, 10 de octubre de 2011

EL PODER DE LAS PALABRAS.....




 
Hay un relato japones  que nos hace recordar el extraordinario poder de las palabras y como su capacidad puede afectarnos alterando nuestras emociones.

 
Las palabras son como ráfagas de viento, y que al propagarse lo mismo pueden producir frutos que daños y ruina. Chuang-Tzu.



 "Habia una vez un samurai que era muy diestro con la espada y a la vez muy soberbio y arrogante. De alguna manera, él solo se creia alguien y algo cuando mataba a un adversario en un combate, y para eso, buscaba continuamente ocasiones para desafir a cualquiera ante la más mínima afrenta. Era de esta manera como el samurai mantenia su idea, su concepto
de sí mismo, su ferrea identidad.






En una ocasión, este hombre llegó a un pueblo y vio que la gente acudia en masa a un lugar. El samurai paró en seco a una de aquellas personas y le preguntó:

¿Adondo vais todos con tanta prisa?
-Noble guerrero, le contestó, vamos a escuchar al maestro Wei.
¿Quien es ese tal Wei?
¿Como es posible que no le conozcas, si el maestro Wei es conocido en toda la región?


El samurai se sintió como un estupido ante aquel aldeano y observó el respeto que sentia por ese tal maestro Wei y que no parecia sentir por un samurai como él. Entonces decidió que aquel dia su fama superaria a la de Wei y por eso siguió a la multitud hasta que llegaron a la enorme estancia donde el maestro Wei iba a impartir sus enseñanzas.


El maestro Wei era un hombre mayor y de corta estatura por el cual el samurai sintió de inmediato un gran desprecio y una ira contenida.





Wei empezó a hablar:


-En la vida hay muchas armas poderosas usadas por el hombre, y sin embargo, para mí, la más poderosa de todas es la palabra.


Cuando el samurai escuchó aquello, no pudo contenerse y exclamó en medio de la multitud:


-Sólo un viejo estupido como tú puede hacer semajante comentario.- Entonces sacando su katana y agitandola en el aire, prosiguió-: Esta si que es un arma poderosa y no tus estupidas palabras.

Entonces Wei, mirandole a los ojos le contestó:

-Es normal que alguien como tú haya hecho ese comentario, es facil ver que no eres más que un bastardo, un bruto sin ninguna formació9n, un ser sin ningunas luces y un absoluto hijo de perra.


Cuando el samurai escuchó aquellas palabras, su rostro enrojeció y con el cuerpo tenso y la mente fuera de sí empezó a acercarse al lugar donde Wei estaba. 


-Anciano, despidete de tu vida porque hoy ha llegado tu fín.


Entonces de forma inesperada, Wei enpezó a disculparse.


-Perdoname gran señor, solo soy un hombre mayor y cansado, alguien que por su edad puede tener los más graves de los deslices. ¿Sabras perdonar con tu corazon noble de guerrero a este tonto que en su locura ha podido agraviarte?


El samurai se paró en seco y le contesto:


-Naturalmente que sí, noble maestro Wei, acepto tus excuxas.


En aquel momento Wei le miró directamente a los ojos y le dijo:


-Amigo mio, dime ¿son o no poderosas las palabras?"


El relato dice que en ese momento el samurai comprendió como lo que para él eran simples palabras habian tenido la capacidad de alterarle más que muchos de sus contrincantes y como también las palabras le habian devuelto la calma.


Hay que ser muy cautos con las palabras que usamos, pues dependiendo de como lo hagamos puede afectar emocionalmente y crear una realidad erronea.

Las palabras crean realidades....







4 comentarios:

  1. Conozco de hace años ese relato que leí en un libro de Anthony de Mello.
    Entonces me produjo una honda impresión que me gustó recordar con tu aportación.
    ¡gracias por hacérmelo evocar!
    Siempre es grato pasar por tu casa,.
    Un beso

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  2. Ciertamente las palabras levantan emociones y las emociones llevan a las conductas... pero el analista, el filósofo, busca más la razón que la emoción y la palabra razonada puede ser más fuerte y duradera que la emocional... Al menos eso pienso yo.
    Un beso

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  3. Estupendo María Rosa, el poder de la palabra no tiene parángón, es el arma de los humanos para acercarnos o alejarnos, con ellas podemos construir o destruir, acercar o alejar, traen vida o muerte... Es muy importante aprender a usarlas en pos del bien.
    Un abrazo muy grande María Rosa

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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